lunes, 27 de marzo de 2017

EDAD CONTEMPORANEA

Edad Contemporánea es el nombre con el que se designa al periodo histórico comprendido entre la Declaración de Independencia de los Estados Unidos o la Revolución francesa, y la actualidad. Comprende, si partimos de la Revolución francesa, de un total de 228 años, entre 1789 y el presente. En este período, la humanidad experimentó una transición demográfica, concluida para las sociedades más avanzadas (el llamado primer mundo) y aún en curso para la mayor parte (los países subdesarrollados y los países recientemente industrializados), que ha llevado su crecimiento más allá de los límites que le imponía históricamente la naturaleza, consiguiendo la generalización del consumo de todo tipo de productos, servicios y recursos naturales que han elevado para una gran parte de los seres humanos su nivel de vida de una forma antes insospechada, pero que han agudizado las desigualdades sociales y espaciales y dejan planteadas para el futuro próximo graves incertidumbres medioambientales.1

Los acontecimientos de esta época se han visto marcados por transformaciones aceleradas en la economía, la sociedad y la tecnología que han merecido el nombre de Revolución Industrial, al tiempo que se destruía la sociedad preindustrial y se construía una sociedad de clases presidida por una burguesía que contempló el declive de sus antagonistas tradicionales (los privilegiados) y el nacimiento y desarrollo de uno nuevo (el movimiento obrero), en nombre del cual se plantearon distintas alternativas al capitalismo. Más espectaculares fueron incluso las transformaciones políticas e ideológicas (Revolución liberalnacionalismototalitarismos); así como las mutaciones del mapa político mundial y las mayores guerras conocidas por la humanidad.


La carga de los mamelucos dibujado por Francisco de Goya en 1814, representa un episodio del levantamiento del 2 de mayo de 1808 en Madrid. Los pueblos europeos, convertidos en protagonistas de su propia historia y a los que se les había proclamado sujetos de la soberanía, no acogieron favorablemente la «imposición de la libertad» que suponía la extensión de los ideales revolucionarios franceses mediante la ocupación militar del ejército napoleónico. Más adelante, en toda la extensión de la Edad Contemporánea, la base popular de los movimientos sociales y políticos no implicaba su orientación progresista, sino que penduló de un extremo a otro del espectro político.



El Neoclasicismo fue un movimiento estético y artístico, de los primeros movimientos revolucionarios que sacudieron a toda Europa a partir de mediados del siglo XVIII y hasta el siguiente siglo. Surgió con el pensamiento de oponerse a la estética ornamental y recargadísima del movimiento Barroco, al que sucedió.

Fue el final de los movimientos y representaciones artísticas de manera universales, decir, este estilo de arte afecto a todo el mundo y a todos los estilos de arte. Se podría decir que el arte neoclásico es un movimiento social, moral, filosófico e intelectual que está unido y enlazado a ideales ilustrados. Esta clase de arte se podía observar en todo el mundo pero este estilo de arte se asentó en Francia, principalmente en Paris, reemplazando a Roma como la nueva capital 


en lo que llamamos arte Neoclasicismo hay que distinguir dos corrientes: Una primera que responde a pura reacción estética contra el barroco, intentando buscar la desnudez en lo que el barroco encubría y ocultaba, aunque sigue atado a la exaltación del poder, como el barroco.La otra corriente responde a los postulados ilustrados: funcionalidad, racionalidad, claridad… símbolo de una nueva sociedad que está en ciernes.












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